En Bruselas, septiembre 2023

Lou llego a mi vida como el sol después de la lluvia.

Mientras estaba yo encaminada en una carrera de bióloga, segura que con un título universitario iba a poder salvar el planeta de la destrucción metódica a la cual la estamos sometiendo, escuché en lo hondo de mi un llamado: ¡Anda!

Recorre Respira vive

La vida da a veces giros inesperados, y el flujo de lo que está vivo me embarco por viajes del otro lado del mundo. Quise hacer circo, conocí el clown, y la nariz roja apareció en mi vida como sagrada guardiana del humor, y de mi mundo interior.

El viaje se hizo doble, de recorrer valles y montañas, aprender de otras culturas y tejer amistades nuevas, se abrió un camino hacia las profundidades del Ser que Soy, y que todavía me era desconocido.

Allí nos vamos conociendo.

Emprender un camino artístico es una de las ultimas cosas que habría pensado “hacer cuando sea adulta”.

Quizás, como pasa a muchas de nosotros mientras vamos creciendo, se quedan pedazos de la libertad creativa que nos habita troncados en las garras del “deber ser” y del conformismo; atrapados en las jaulas de escuelas que, pacientemente, llevan pequeñas criaturas humanas a ser fieles soldados de un sistema obsoleto, caminantes de la normalidad.

Jugar apareció como una evidencia

Expresar se impuso como una necesidad

Crear se volvió un camino

A-prender

Un Vuelo,

Haciendo del hacer, un esfuerzo gozoso.

Lou Amé es un camino.

Lento

Que recojo como caracola anda por el mundo

Paso a paso.

Aunque a menudo, me agarra la pulsión casi adictiva de intentar correr rápido hacia el objetivo deseado – terminar la obra, presentar el proyecto, crear oficio de lo que yo hago –

Lou me recuerda que el proceso tiene su propio ritmo,

Y que todo florecer es en calma y relajación;

                                    Flor que se abre en el espacio